A estas alturas del año todavía no se entiende muy bien el rumbo de la gestión de la intendenta capitalina Bettina Romero, porque en materia de obra pública no taparon ni un bache; en materia de ambiente se nos viene el dengue y por todos los rincones de Salta se ven plazas con los yuyos altos y canales sin limpiar; en materia social se deshicieron de los programas que tenía la Cooperadora Asistencial; y así en cada área hay una falencia que los medios omiten.
Una de las resonantes de la semana fue la renuncia de Diego Peretti a la presidencia del Tribunal de Faltas municipal, básicamente porque a los del Ejecutivo que toman las decisiones no se les da la gana de llevar adelante un proyecto que hará que los más de 7 mil expedientes que allí se tramitan tengan algo más de agilidad.
Peretti pidió nombrar a 5 personas más y la compra de equipamiento informático, todo justificado con un proyecto, y la respuesta del entorno de “la reina” fue siempre negativa.
Ante esta total falta de interés en mejorar al menos un área municipal, quizás la única en la que presentaron un proyecto de trabajo y justificando el pedido de inversión.
Las declaraciones de Peretti evidencian que la decisión de dejar la presidencia del Tribunal obedece a la ignorancia manifiesta del Ejecutivo: “Los funcionarios del Ejecutivo ni siquiera fueron al Tribunal de Faltas a conocer cómo es el funcionamiento; solo uno de los funcionarios fue por espacio de no más de quince minutos para hablar de cuestiones muy específicas, pero no pudimos hablar sobre el funcionamiento en general. Hablé con todos los funcionarios, a todos los invitamos a interiorizarse, pero las respuestas fueron siempre apuradas”, según se puede leer en el sitio Salta/12.
En el acta de renuncia no escapa observar que el motivo que esgrime el juez no son “motivos personales”, dimite a partir del 26 de febrero, “por considerar que existen diferencias significativas con los objetivos fijados por el Ejecutivo Municipal en relación a este Organismo (T.F.M.)”. Agrega también que “al tornarse de ejecución imposible los proyectos planteados desde la época de transición, hacen inviable su continuidad en la cabeza de este Tribunal”.