La joven fue sometida por su padre en reiteradas ocasiones y amenazada a punta de cuchillo para que no hablara. Su hermano aprovechó la vulnerabilidad y también la sometió durante años. Una ginecóloga fue quien denunció los abusos cuando la víctima fue a pedir anticonceptivos.
El fiscal penal 1 de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual, Sergio Federico Obeid, requirió ante el Juzgado de Garantías en feria extraordinaria la elevación a juicio de la causa que tiene como imputados a dos hombres de 69 y 36 años, quienes son padre e hijo, acusados de distintos delitos en perjuicio de una mujer, hija del primero y hermana del segundo.
El hombre de 69 años y padre de la víctima, está acusado de los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y por el uso de arma blanca, abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo continuado, agresión con arma impropia agravada por el vínculo y desobediencia judicial, todo en concurso real.
El hombre de 36 años y hermano de la damnificada, fue imputado por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo continuado.
Del decreto se desprende que el Padre comenzó con los abusos cuando la damnificada tenía 19 años. Durante un episodio, en la cocina del domicilio que todos compartían, el acusado comenzó a insultar y amenazar a la víctima con “matarla si no se entregaba”, munido de un cuchillo. Tras abusar de ella, la amenazó con matarla si relataba a alguien lo sucedido. El accionar se agravó por la relación paterno filial que lo une a la víctima, como así también por el uso de arma blanca.
Conforme denunció la víctima, luego del hecho referido, el imputado la accedió carnalmente en diferentes ocasiones, de manera continuada.
El imputado también desobedeció en junio del 2019 las medidas de protección ordenadas por el titular del Juzgado de Garantías 2, que prohibían el acercamiento y contacto con su hija.
En tanto, el hijo del primer imputado y hermano de la víctima, también accedió carnalmente de la víctima desde que ella contaba con 22 años y de manera continuada.
La denuncia fue radicada en junio de 2019 por una ginecóloga que trabaja en el centro de salud al que la víctima acudió por pastillas anticonceptivas. La profesional tomó conocimiento de lo sucedido luego de que la damnificada le confesara lo que ocurría.