Así lo indicó el titular del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCi), Federico Maigua en radio CNN Salta. En mayo, una familia tipo salteña necesitó $43.440 para no ser pobres.
Ayer, el INDEC difundió los datos sobre la valorización mensual de la canasta básica alimentaria (CBA) y de la canasta básica total (CBT) correspondientes a mayo último, que marcan los niveles de pobreza e indigencia que hay en el país.
En Salta, los niveles son muy similares a las cifras nacionales. “En mayo registramos una canasta básica total, que es lo que mide la línea de pobreza, de $43.440, con respecto a la canasta de alimentos tenemos $17.380, los que no cubren están bajo la línea de indigencia”, señaló el titular del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCi), Federico Maigua.
Mayo fue un mes muy atípico “porque en Salta no aumentaron los precios de los alimentos sino que en muchos casos bajaron y esto es producto de la caída del consumo, una caída sostenida desde que comenzó la cuarentena, al frenar la actividad económica y no generarse ingresos económicos como se hace habitualmente, la gente empezó a restringir los gastos, a restringir alimentos”, expresó en CNN Salta – 94.7 MHZ.
La baja del consumo hizo que muchos negocios cerraran las puertas, en paralelo se puede ver a muchas familias que asisten a merenderos y comedores, que no pueden cubrir sus gastos de alimentos en el hogar y necesitan una asistencia alimentaria.
En Salta aumentó un 300% la cantidad de familias que comen en merenderos.
“Al caer el consumo, tuvieron que retrotraer los precios, incluso precios de cortes de carnicería ha bajado, lo que tuvo como consecuencia que la canasta básica haya bajado. Pero esto es una situación transitoria, no es permanente. Después hay rubros transporte, vestimenta, recreación, pero siempre el rubro alimento aumenta más que el resto. Una vez que la actividad económica comience a recuperarse, los precios van a volver a aumentar”.