La lluvia no perdonó y se vivió un martes ajetreado en Salta. Las inclemencias climáticas castigaron a distintas zonas y el centro no fue la excepción. A tal punto que el Mercado San Miguel se llenó de agua y tanto puesteros como empleados del establecimiento tuvieron que trabajar a destajo para secar los inundados pasillos.
Fuente: Quepasasalta