“Debería estar aprobado en agosto”, dijo el secretario de Ambiente de la Provincia, Alejandro Aldazabal, sobre el nuevo ordenamiento territorial de los bosques nativos (OTBN), que en los próximos días está previsto que sea remitido a la Legislatura salteña.
El apuro del funcionario tiene que ver con no postergar más el cumplimiento de la Ley Nacional de Bosques, que obliga a la provincia, adherida a la misma, a revisar el mapa del OTBN cada cinco años, pero esto nunca se concretó, a pesar de que la normativa está vigente desde 2009.
Recordó que la actualización del OTBN ya fue realizada, luego de un arduo trabajo que llevó tres años. El documento técnico se encuentra ahora en el área Legal y Técnica del Gobierno para darle forma de un proyecto de ley que se pondrá a consideración de los senadores y diputados locales.
En el nuevo ordenamiento, que establece los territorios para proteger, se cambió la lógica por la que se definía en qué lugar se puede producir y dónde se debe conservar. El ordenamiento actualmente vigente pinta de manera caprichosa al mapa de la provincia en tres colores: de verde, lo que está apto para desmontar; de amarillo, donde no está habilitado el desmonte, pero sí la producción con restricciones (aunque en la realidad no ocurrió ninguna de las dos cosas) y en rojo, donde está prohibida la desforestación.
“El nuevo mapa tiene una forma de distribuir la protección de los bosques a lo largo de la provincia de manera distinta”, explicó Aldazabal.
“Ahora se tiene un fundamento técnico, donde se dice que determinado ambiente puede usarse para tal tipo de producción o no. Se tiene en cuenta todo el sistema productivo y ambiental en la toma de decisiones. No es un documento donde está hecho al criterio de alguien que decidió pintar un mapa sino que los colores no es que están pintados, es un proceso que tiene una base técnica para que después la Secretaría pueda trabajar lo que es la toma de decisiones y la evaluación de los distintos proyectos”, amplió el secretario de Ambiente.
Aclaró que no se suman más hectáreas para la producción, sino que se las “distribuye de una forma mucho más razonable, siguiendo los criterios de la Ley de Bosques”.
Con esas pautas se conformaron capas que se distribuyen en el mapa y en algunos casos se pueden superponer.
“Esto es algo totalmente distinto e innovador a nivel nacional, porque estamos haciendo una forma mucho más equilibrada y más amigable del ambiente, pero a la vez acompaña al desarrollo. El ordenamiento no es una herramienta que obstaculiza ni favorece a la producción, es algo que acompaña al desarrollo y le está marcando al productor que se puede hacer en determinado lugar con una razón técnica que cualquiera la puede verificar”, señaló.
Fuente: El tribuno