Al escándalo por las denuncias hechas por el diputado Gustavo Orozco contra el intendente de Rosario de la Frontera, Gustavo Solis, se suman pruebas contundentes de los desmanejos financieros del municipio y la presunta defraudación al erario público.
En conferencia de prensa Orozco mencionaba, como parte de las irregularidades detectadas en la Municipalidad de Rosario de la Frontera, a modo de ejemplo, el pago de dos facturas con el mismo número y diferentes montos a un proveedor de áridos (ver nota: “Arde Rosario de la Frontera y tiembla Solis”).
Áridos Nico, de propiedad de María Verónica Corimayo, domiciliada en La Merced, es la empresa que por estas horas está en el ojo de la tormenta, por varios motivos, el principal, y por el que se destapó el escándalo, es que se hallaron dos facturas, con el mismo número (0001-0000059)
de pagos de diferentes montos, uno (con fecha del 08/01/2016) por un total de $940.000 y otro (misma fecha) por $201.954.
En la factura por el monto menor se puede leer, las frases “es duplicado – no original” escritas a mano.
Sólo esto ya levanta sospechas, pero una investigación posterior realizada por el Diputado, arrojó que el CAI consultado “no existee nlas bases de datos del organismo”; el organismo es la Administración Federal de Ingresos Públicos, desde donde informaron además que el CUIT del emisor de la factura no se corresponde con el CAI; el tipo de comprobante tampoco se corresponde con el CAI; el punto de venta tampoco corresponde y el número de comprobante tampoco corresponde con el CAI.
El concepto de estas dos facturas es “Pago Seg Res Nº1723/16 – Cant Horm Calles”, lo que suena un tanto difuso de poder comprender sobre qué es lo que se estaba pagando.
Para aclarar de qué hablamos, CAI es el Código de Autorización de Impresión que la AFIP otorga para que los monotributistas tengasn talonarios de facturas válidos. Y es eso mismo uno de los controles que debe realizar cualquier agente estatal al pretender realizar un pago a un proveedor, si en la factura no aparece este código, o si este cógido es falso, entonces la factura es inválida y no se debería abonar la compra o prestación de servicio hasta tanto la situación no esté debidamente regularizada.
Otro dato que resulta al menos extraño sobre la metodología de pago efectuada por el municipio, con la debida autorización del intendente Solis, y de su hermana (Carolina Solis, secretaria de Hacienda de la Municipalidad), es que ambas facturas (de idéntico número) fueron abonadas con un total de 18 cheques, emitidos el mismo día, exactamente un año después de emitidas las facturas truchas.
Pero el modus operandi se repite: Casi un mes después, el 21/01/2016, de emitidas las facturas cuya numeración termina en 59, la misma “empresa” emitió otra factura, que lleva el número 0001-0000060
y por un total de $940.000. Con el mismo número (0001-00000060), con fecha 09/02/2016 y con la leyenda “es duplicado” hay otra factura por un total de $171.900
Aquí al menos fueron un poco más claros en cuanto al concepto de las facturas es por “Pago limpieza alcantarillas y cavado RSU”, limpieza que por cierto es incomprobable y no son pocos los que afirman que este servicio no se hizo, cosa que deberá responder el propio intendente, y la supuesta propietaria de la supuesta empresa, ante la justicia, si es que prosperan las denuncias realizadas.
Pero recordemos que Orozco hizo mención a muchas irregularidades más, algunas denunciadas por el legislador y otras descubiertas por la Auditoría de la Provincia y que serán dadas a conocer en un informe que será publicado a la brevedad, así que la novela de la corrupción de la familia Solis, defraudando a los rosarinos, tendrá algunos capítulos más y ríos de tinta se escribirán en la justicia y en la historia de Salta sobre este triste capítulo de la corrupción en algunos municipios.