Los actos oficiales en conmemoración del 212§ aniversario de la Revolución de Mayo de 1810 comenzaron a las 9 de la mañana en la Catedral Basílica con el tradicional tedéum que fue oficiado por monseñor Mario Antonio Cargnello, quien se encuentra envuelto en un escándalo por la denuncia de género que realizaron en su contra monjas de la congregación de las Carmelitas Descalzas en abril.
Por la Provincia asistió el vicegobernador Antonio Marocco y por la intendencia capitalina Bettina Romero.
Durante su homilía, el arzobispo de la Arquidiócesis de Salta no deslizó grandes críticas por la situación de crisis económica, la pobreza o la inflación, como lo hizo en otras oportunidades.
Durante su pronunciamiento público hizo referencia a cómo la humanidad empieza a salir de la pandemia, la incertidumbre que está generando la invasión de Rusia a Ucrania y del flagelo del narcotráfico y la trata de personas.
“La celebración del Tedeum de este 25 de Mayo tiene una fuerza especial porque estamos queriendo salir de la pandemia que está ahí, está como amenazandonos. Yo pensé que pasaron dos años y es grande la marca que ha quedado en las personas, en las familias. Son muchos los amigos y familiares que partieron a la casa del Padre. No hemos quedado sin marcas en nuestra salud o nuestra percepción de la realidad. El golpe ha sido real y profundo”, expresó el monseñor.
Invasión y narcotráfico
A la amenaza de la pandemia, el arzobispo de Salta hizo referencia al conflicto bélico que se desarrolla en Europa del Este desde hace tres meses y sobre las severas consecuencias para la humanidad.
“Se suma el marco mundial de la guerra que amenaza. Ahí está si puede ser una tercera guerra mundial o no y eso genera incertidumbre. Se empiezan a ver las consecuencias económicas de decisiones tomadas en torno a la guerra que pueden crear situaciones muy difíciles para la humanidad y a pesar de que estemos lejos no es que no nos vaya a impactar”, aseguró Cargnello.
Advertencia
El arzobispo de Salta también llamó la atención sobre el impacto de las drogas en los jóvenes particularmente en nuestra provincia, porque es una zona de límites internacionales con distintos países como Bolivia, Chile y Paraguay.
Juventud herida
“Ahora se suman fenómenos que son muy dolorosos, como el tráfico de drogas, la trata de personas. Un tráfico cuyas secuelas las vemos en una juventud herida por el consumo de la droga que ve mutilado su futuro, reducido y empobrecido. Es un tiempo difícil, pero no por difícil menos desafiante y partimos de una convicción. Si este es nuestro tiempo nosotros somos las personas que tenemos que llevar la barca de la historia en este tiempo, no en el pasado idílico que nunca existió ni un futuro utópico irrealizable. Son ustedes, querido hermanos, los líderes de este tiempo”, destacó.
Ante las amenazas mencionadas, el arzobispo convocó a los líderes políticos y sociales a trabajar por la unidad del pueblo, invocando el ejemplo de tres figuras importantes que habitaron el NOA: Fray Mamerto Esquiú, María Antonia de Paz y Figueroa (Mama Antula) y los Mártires de Zenta. “La unidad es un desafío: es hora de pararnos de otra manera, porque el amor es más fuerte que la muerte y que el tiempo”, concluyó.
Fuente: Eltribuno