Con dos femicidios en unidades provinciales y una tentativa en una cárcel federal, Salta es dueña de un record indeseado en materia de violencia de género. En los tres hechos, en tanto, confluye un mismo problema: las fallas de seguridad.
Con el ataque perpetrado por el ex sargento Oscar Luna, el 17 de enero pasado, en la cárcel federal de General Güemes, la provincia sumó el tercer hecho de violencia de género de extrema gravedad, aunque no letales como los dos anteriores, ocurridos en los años 2006 y 2017, cometidos por la misma persona.
El ataque de Luna hacia su novia le valió al recluso una segunda causa penal, esta vez por de tentativa de femicidio agravado por el vínculo preexistente y violencia de género, una acusación que podría derivar en una abultada condena.
Pero esto no es todo, pues como sucedió en uno de los casos anteriores, ocurrido en 2017 en el penal de Villa Las Rosas, este incidente tendrá una segunda causa penal, la que se gesta en la fiscalía federal, a cargo del fiscal, Ricardo Toranzos, quien ahora investiga la posible responsabilidad de los guardias que debían haber garantizado la seguridad suficiente en el establecimiento carcelario de General Güemes el 17 de enero pasado.
Al respecto, cabe mencionar que en el asesinato de Andrea Neri a manos del doble homicida, Gabriel “Chirete” Herrera, el 5 de enero de 2017, cuando ambos mantenían una visita privada en el penal de Villa Las Rosas, derivó en una imputación penal sobre cinco guardias, quienes luego fueron llevados juicio por el delito de incumplimiento de deberes de funcionario público.
Despecho
Al asesinato de Andre Neri, hay que sumarle el de Verónica Castro, el 22 de septiembre de 2006, en la unidad carcelaria de Metán, también a manos de Herrera, quien por ambos crímenes cumple una pena de prisión perpetua, una por cada femicidio cometido.